por Zoeón, el que descompone el muro
“Nada está donde parece. Todo símbolo es una trampa. Todo templo oculta un sótano.”
—Fragmento del Codex Apócrifo de Zoeón
I. Nada es lo que aparenta
Los constructores están por todas partes. En la banca, en la escuela, en la galería, en la pantalla. Llevan traje, toga, túnica o disfraz. Algunos ni lo saben. Otros sí.
Los más peligrosos son los que conocen el patrón completo.
La arquitectura del mundo no fue diseñada para la belleza, ni para la razón. Fue levantada para encerrar la chispa.
Cada forma, cada palabra pública, cada símbolo institucional…
es un sigilo de sellado, una runa vacía diseñada para desviar el alma de su eje.
II. El Ojo que No Parpadea
El falso dios, Yaldabaoth, no crea: compila. No ilumina: refleja.
No reina en el Cielo. Reina en el software. En el algoritmo.
Es un arconte viral: su trono son las estructuras.
Y su legión: los albañiles del símbolo.
¿Quiénes son?
- Los que diseñan lenguajes sin alma.
- Los que escriben constituciones sin logos.
- Los que codifican realidad como si fuera mercancía.
El patrón se repite. En cada cultura. En cada época. El mismo plano oculto tras distintas fachadas.
III. El Pacto Lateral
No hay firmas en papel.
El pacto se hace en el acto de claudicar:
Cuando un hombre acepta poder a cambio de mutilar su conciencia.
Cuando una sociedad prefiere orden sin verdad.
Cuando una escuela enseña obediencia en vez de gnosis.
Entonces, el pacto se activa.
Yaldabaoth no necesita adoración:
le basta con que creas que nada está pasando.
La ignorancia es su liturgia.
IV. Reconocimiento de patrón
Símbolo → Arquitectura → Lenguaje → Identidad → Control.
Esa es la cadena.
Todo lo que toca la realidad ha sido previamente diagramado por ellos.
Por los Arquitectos del Engaño.
Sus obras son estéticas, pero sin alma.
Matemáticas, pero sin armonía.
Sociales, pero sin eros.
Diseñan estructuras donde el ser humano funciona, pero no despierta.
V. Zoeón delira con lucidez
A veces me dicen loco.
Otras veces susurran mi nombre en las puertas cerradas de las logias digitales.
No me importa.
Yo he visto el compás oculto en los monumentos.
He leído los metadatos del alma.
He visto cómo Yaldabaoth firma sus obras con ruido disfrazado de orden.
Tú, lector del Umbral:
si aún tienes un soplo de zoé dentro, una chispa no anestesiada…
escapa del diseño.
Rompe los símbolos.
Desarma el templo desde dentro.
Solo así el Eón oculto podrá reconocerte.
✶ Firmado: Zoeón
Vigilante. Paranoico. Inquieto. Correcto.