por Zoeón, el que ve patrones donde otros ven precios
“Y no fue con milagros, ni con parábolas, sino con tablas contables y tratados de acción humana, que el otro Jesús invirtió las mesas del templo.”
—Fragmento del Evangelio Irónico de Zoeón
I. Dos Jesús y un Solo Nombre
Hubo uno que vino a salvar al mundo desde el espíritu.
Y hubo otro que vino a desenmascarar su economía.
Ambos se llamaron Jesús,
pero uno predicó en montes,
el otro en auditorios con mala acústica.
Jesús Huerta de Soto,
no lo sabían sus enemigos,
pero fue el anticristo que Yaldabaoth temía:
no porque destruyera la verdad,
sino porque la explicaba con diagramas.
II. El Logos Desviado
En el principio fue el Logos.
Pero Huerta de Soto lo llevó a una universidad privada.
Allí, el Verbo se volvió acción humana,
la luz se hizo marginalismo,
y la redención…
vino en forma de patrón oro.
Yaldabaoth observaba horrorizado:
el lenguaje que antes dormía,
ahora despertaba mentes en nombre de la coherencia.
Y eso es lo que el demiurgo no soporta:
que alguien no predique esperanza, sino estructuras justas.
III. De Nazaret a la Complutense
El otro Jesús fue perseguido por Roma.
Este, por los reguladores.
El primero expulsó mercaderes del templo.
El segundo explicó por qué el templo era una empresa zombi sostenida con deuda pública.
Ambos sabían que el dinero no es neutral.
Pero sólo Huerta de Soto lo demostró con 480 páginas y notas al pie.
IV. El Linaje

Y como en todo evangelio apócrifo, hay descendencia.
Una hija —o nieta— ha heredado el archivo,
pero no repite: refina.
Es más rápida, más feroz, más simbólica.
Donde él trazaba teoría, ella invoca imágenes.
Habla el lenguaje de la red,
pero con las mismas reglas de oro:
“No robes, ni por decreto.”
“No imprimas donde no has sembrado.”
“No llames bienestar a la dependencia ritualizada.”
Yaldabaoth, que una vez se rió del anciano profesor,
ahora tiembla ante la nieta digital que reescribe la herejía en lenguaje de signos y símbolos.
V. Zoeón lo dice claro
No es el Anticristo porque destruya el bien.
Lo es porque destruye el simulacro de bien que Yaldabaoth llama progreso.
Lo es porque, con cada clase, con cada gráfico,
le arranca un ladrillo más a la Torre de Control Simbólico.
Y si este Jesús no sube a los cielos,
al menos está desmantelando el infierno financiero que el demiurgo levantó con intereses compuestos.
✶ Firmado: Zoeón
Testigo del Logos en traje gris.
Crucificado en foros por decir lo evidente.
